Poema escrito en tiempos de pandemia
con un toque de queda robándose el ruido de las calles.
Entonces en la otra curva del planeta llueve,
alguien se moja y corre a salvarse del agua.
No sabemos qué otro
virus traiga consigo,
tal vez entre sus
partículas esté el germen de la
paz
qué tanta hambre
pudiera arrasar.
Así que acuesto a
dormir mis esperanzas
y pienso en ellas y en
todas esas
que juegan
a vivir, pero, cuántas de ellas
a esta hora han de
morir hambrientas
o por una bomba que
lanzó el hombre
que odia su raza, todo
esto sin conocer
la enfermedad que está
de moda.
Quiero decir que tengo
miedo
al estruendo que deja
caer la muerte
sobre la espalda de los
vivos,
que en mi boca muchas
veces
se secan las palabras
de amor
y no hago más que
balbucear
algún gesto destinado a
la ignominia.
A esta hora hay un
toque de queda
robándose el ruido de
las calles,
alguien huye de la
lluvia o de la muerte
quizás del amor o la
pobreza
tal vez huyen del vacío
en sus estómagos
que en cada calambre
les hace recordar
que la vida muchas
veces se equivoca
y les da enfermedades a
los huérfanos
que nacieron con la
marca
de la persecución en su
frente
y viven escupiendo cenizas.
Y yo no puedo hacer más
que acomodar
estas palabras como una
escalera
que sale de ningún lado
para llegar a ninguna
parte
porque hay que
protegerse del prójimo
de la peste, del frío,
del hambre
de la vida misma.
JoseErnesto2020
Me gusta mucho 😍. Muy fuerte.
ResponderBorrarExcelente muchas Felicidades tiene mucho para reflexionar.
ResponderBorrarExcelente 👏🏼👏🏼👏🏼❤️
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