lunes, 5 de octubre de 2020

Poema escrito en tiempos de pandemia

Poema escrito en tiempos de pandemia 

con un toque de queda robándose el ruido de las calles.

 

Entonces en la otra curva del planeta llueve,
alguien se moja y corre a salvarse del agua.
No sabemos qué otro virus traiga consigo,
tal vez entre sus partículas esté el germen de la paz
qué tanta hambre pudiera arrasar.
Así que acuesto a dormir mis esperanzas
y pienso en ellas y en todas esas 
pequeñas ilusiones

que juegan a vivir, pero, cuántas de ellas
a esta hora han de morir hambrientas
o por una bomba que lanzó el hombre
que odia su raza, todo esto sin conocer
la enfermedad que está de moda.
Quiero decir que tengo miedo
al estruendo que deja caer la muerte
sobre la espalda de los vivos,
que en mi boca muchas veces
se secan las palabras de amor
y no hago más que balbucear
algún gesto destinado a la ignominia.
A esta hora hay un toque de queda
robándose el ruido de las calles,
alguien huye de la lluvia o de la muerte
quizás del amor o la pobreza
tal vez huyen del vacío en sus estómagos
que en cada calambre les hace recordar
que la vida muchas veces se equivoca
y les da enfermedades a los huérfanos
que nacieron con la marca
de la persecución en su frente
y viven escupiendo cenizas.
Y yo no puedo hacer más que acomodar
estas palabras como una escalera
que sale de ningún lado
para llegar a ninguna parte
porque hay que protegerse del prójimo
de la peste, del frío, del hambre
de la vida misma.

 JoseErnesto2020

 

 


martes, 1 de septiembre de 2020

Poema escrito en tiempos de pandemia


Poema escrito en tiempos de pandemia
con una foto de Kevin Carter de fondo.

Pandemia es el niño
observado por la muerte
desde los ojos de un buitre
y que en sus huesitos

se puede leer el hambre.
Un rifle que grita
contra los inocentes

en Siria, Kurdistán, Palestina o Rakáin
y que se toma la toda

la sangre, pero no pierde la sed.
Lo es el puño que besa la boca de la mujer
que aprende el niño 
y que practica como un monje.

Lo son esos ríos de huesos olvidados
tras una niebla de balas
y que en el teatro bélico

desaparecen tras el telón.
Pandemia son los campos
de refugiados que no conocen la paz
que sueñan con pan
y leche 
en sus manos agrietadas.
También la niña que se convierte en el juguete
de un depredador y que se esconde

en su casa de muñecas a llorar su dolor.
Son las cifras de cuerpos sin reclamar
que se pudren en las estadísticas
y que solo sirven para

ser sumados sin saber sus nombres.
Pandemia es el fuego en el Amazonas
la mano criminal que se esconde
y que está manchada

por las cenizas de la tierra.
De igual manera lo son los niños
que dejan huérfanos a los lápices
cuando la guerra les tocó el hombro
y nunca más supieron

de los juegos y sus amigos.
Pandemia son las bombas
esos juguetes curtidos de olvido y polvo
la extinción del oso polar
las madres a las que

 no les queda sangre ni leche
para abastecer una población

infantil en Burundi
pandemia soy yo y este poema
que no le da de comer al niño
observado por la muerte desde los ojos de un buitre.

JoseErnesto2020








miércoles, 8 de abril de 2020




Ro Mamun: Un maestro que enseña a vivir ante la desesperanza



Ro Mamun (foto suministrada)
¿Qué lleva a una persona a emigrar? Será la búsqueda de nuevas oportunidades económicas o la posibilidad de obtener una mejor calidad de vida para el emigrante y su familia. ¿Podrá ser eso? Podrá ser que la estabilidad emocional y física se encuentra en otro lado que no es el país de uno. Y lo vemos mucho en las noticias, conocemos sobre los migrantes mexicanos, centroamericanos, sirios, palestinos y hasta puertorriqueños, pero ¿qué pasa cuando emigrar es la única forma de sobrevivir, ¿qué ocurre cuando emigrar se convierte en una huida por encontrar un trozo del pan de la paz que jamás llegó, qué pasa? Pues esto es lo que sucede con los Rohingyas, una etnia sin nacionalidad que para poder sobrevivir tienen que embarcarse en una violenta travesía a través de ríos y montañas. Para los Rohingyas, un grupo musulmán minoritario en la costa oeste de Myanmar, la huida se convierte en un pequeño respiro contra la brutalidad a la que son sometidos en Rakáin y por eso migran, huyen, se desplazan, se ausentan. 




Familias Rohingyas reciben alimentos para sobrevivir.(foto suministrada)
Ro Mamun o Arman es su nombre de lucha y resistencia, su nombre real lo guardamos para que su seguridad no se vea comprometida, y, es un joven Rohingya nacido en 1995 dentro del campamento para refugiados Nayapara en Bangladesh, sus padres huyeron hacia Bangladesh en 1992 cuando el estado birmano ejecutaba una apártida contra los Rohingyas. Fue en 1992 cuando 14,000 Rohingyas cruzaron fronteras, ríos y montañas para llegar a Cox’s Bazar y sus padres estuvieron en esa oleada de refugiados. Actualmente se estima que hay cerca de 700.000 refugiados en distintos campamentos siendo Kutupalong el más grande de ellos. Para nosotros es totalmente ajeno lo que sucede en Myanmar, por ejemplo, muchos desconocíamos que en agosto del 2017 hubo un nuevo estallido de violencia contra esta etnia olvidada por el resto del mundo. En el 2017, después de que supuestamente unos jóvenes Rohingyas violaran y asesinaran a una joven budista birmana hubo una explosión de atentados contra el pueblo y el ejército quemó, asesinó, violó y torturó cuanto pudo a su paso a los Rohingyas, creando así la escena para otro desplazamiento de esta etnia. Se considera que el régimen al que son sometidos es la crisis humanitaria más grande de la época moderna. Un estimado de 8,000 Rohingyas huyen hacia Bangladesh intentando escapar de la guerra injusta que viven. 




Ro Mamun no vivió esa guerra del estado birmano contra su gente, pero está inmerso en otra guerra dentro de los campamentos de refugiados Rohingyas, y es que dentro de los campamentos a los refugiados no se le permite acceso a la educación formal, solamente tienen permitido estudios primarios dentro de los campamentos por lo que estudiar fuera de ellos es casi imposible, y digo casi porque Ro Mamun se las ingenió para crear una grieta en el sistema represivo bengalí. Primero estudió más de los grados primarios de manera secreta dentro de los campamentos y fuera del alcance del gobierno de Bangladesh, luego en el 2011 falsificó un certificado de nacimiento para hacerse pasar como un bengalí para de esa forma poder ser admitido en una escuela fuera del campamento. Tuvo que cuidar mucho su procedencia pues si era descubierto podría caer preso o en el peor de los casos torturado por los elementos policiacos bengalíes. Rompiendo con todos los pronósticos reservados para un Rohingya refugiado, Ro Mamun fue admitido en una universidad y cursa estudios en la Universidad Nacional de Bangladesh, es maestro y ahora tiene una escuela donde imparte clases dentro del campamento de refugiados. Cabe destacar que las autoridades universitarias desconocen que Ro Mamun es Rohingya, tiene que disimular su etnia para poder completar su grado y llegar a graduarse.






Estudiantes de Ro Mamun. (foto suministrada)   
Para Ro Mmaun y muchos otros Rohingyas dentro de los distintos campamentos de refugiados la vida es insoportable. Muchas veces no tienen comida ni medicinas ni otros servicios esenciales y dependen de las ayudas que La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) les pueda ofrecer o de lo que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) les brinde. Son muchas las dificultades con las que tienen que lidiar y sobrevivir los Rohingyas, cómo, por ejemplo, el limitado acceso a internet que los conecta con el mundo y los hace visible, en el caso de Ro Mmamun este tiene que caminar unas 5 millas hasta el punto donde pueda tener acceso a internet y así comunicarse y conectarse con el mundo exterior alejado de la cruel realidad de los campamentos de refugiados, esto sin dejar atrás el azote de monzones que tanto daño hacen como la mano injusta del opresor.
Niños Rohingyas. (foto suministrada) 



Debemos destacar el hecho de que Ro Mamun es una voz activa que denuncia las crueles prácticas del gobierno de Bangladesh contra su gente que vive en los campamentos. Si visitamos su perfil de Facebook (https://www.facebook.com/ro.mamun.3/about) podemos ser testigos de su activismo por los Derechos Humanos de los Rohingyas. Es importante recalcar qué, aunque Ro Mamun vive una vida dura y carente de simplicidades tan básicas como agua potable, es un hombre que está agradecido de la vida y siempre dispuesto a dar su mejor versión para un mejor mundo. Él solo sueña con que su pueblo Rohingya sea tratado con dignidad tanto por Myanmar como por el gobierno de Bangladesh, es un hombre que soñó siempre con ser una persona educada que pudiera llevarle luz a su pueblo y a su generación, y, lo está logrando y lo aplaudo y lo celebro.
Hogares Rohingyas en Nayapara. (foto suministrada)



Familias Rohingyas recibiendo alimentos. (foto suministrada) 
Niños Rohingyas en clases. (foto suministrada)
Para finalizar voy a concluir con una cita del propio Ro Mamun: “I’m one of the vulnerable Rohingya and I Always love serving the human beings.” 



La niñez Rohingya (foto suministrada)

La hora de la cena Rohingya. (foto suministrada)





sábado, 10 de agosto de 2019

Histrorias Rohingyas; un poeta rohingya

No puedo exigirle más a la vida desde la comodidad de esta silla y la seguridad que permite para mi y mi familia un techo, pero igual le exijo para mi felicidad y la de mis hijas, igual le exijo para la paz de mi madre y mi familia, igual le exijo por el amor para con mi esposa, igual le exijo por la salud de quienes amo y muchas veces olvido que del otro lado hay otros humanos que son desaparecidos y tienen más qué exigirle a la vida que yo. Este es el caso de Ziaur Rahman, un joven poeta Rohingya, refugiado en tres países distintos, víctima de trata humana y activista por los derechos de los refugiados Rohingyas en Bangladesh y los que aún quedan en Rakhine, actualmente llamado Arakan.
            A continuación dejo para ustedes la entrevista que pude realizarle a Ziaur gracias a Facebook y la magia de las redes sociales.

 
Historias Rohingyas
Entrevista a Ziaur Rahman
Un poeta Rohingya








Ziaur junto a su madre 
en Bangladesh

  
Jose Ernesto- Hola, Ziaur, bienvenido al blog La brújula de los pájaros y gracias por aceptar la invitación para participar en esta serie de entrevistas Historias rohingyas Un poeta Rohingya
JE- Ziaur Rahman, ¿cuántos años tienes? ¿Dónde vives, qué haces y cómo comenzaste tu activismo por los derechos humanos de los refugiados rohingya? ¿Dónde es necesario que hablen por tus compatriotas?

Ziaur Rahman: Tengo 26 años. Soy un intérprete rohingya y vivo en Kuala Lumpur. Comencé el activismo desde que tenía 13 años. Me he enfrentado a muchos desafíos tantas veces: no hay suficiente comida, agua y educación adecuada en los campamentos de refugiados de Bangladesh.
Sin embargo, a través de
todos los desafíos, decidí expresar mis derechos y los de mi comunidad, que se
organiza y actúa con el propósito de cambiar una política, leyes públicas y motivar a otros, especialmente en los asuntos de refugiados. Pero, de hecho, estoy en contra de la injusticia, la crueldad y la injusticia. Lo que siempre pienso es Soy un ser humano y mi voz necesita ser escuchada.
JE- Tu vida ha sido muy difícil, refugiado en tres países, tu padre abandonó a tu familia cuando eras niño, las autoridades de Bangladesh persiguieron a tu familia por su activismo, sufrieron huelgas de hambre y un intento de repatriación forzada entre otras situaciones, ¿Cómo te las arreglaste para ser un estudiante de alto promedio y destacarte entre los otros niños y jóvenes rohingyas en Bangladesh?

ZR: A pesar de todo el sufrimiento y las dificultades, creo que los derechos humanos son para los humanos. Tengo que defender mis derechos y educar a las personas sobre la crisis de los refugiados Rohingya. Los refugiados deben ser poderosos e inspiración para los demás. Hay más de 1.1 millones de refugiados de Myanmar. Todos viven la misma situación en distintas maneras. Los países que componen la ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiático), no han firmado según la convención de refugiados de la ONU de 1951. "El activismo es un arma contra el miedo y la desaparición". Eso me obligó a hablar, por que ignoran los derechos de los refugiados, por que están desperdiciando nuestras vidas. Necesitan entender por qué solicito nuestros derechos. Los rohingya han sufrido. Los refugiados están sufriendo.
JE- El 28 de agosto de 2014, fuiste secuestrado por traficantes de personas junto con otros Rohingyas del campamento de Kutupalong, aunque es difícil y crudo recrear la historia, cuéntanos cómo sobrevivieron esos días en las manos de los traficantes y cómo logras escapar de ellos?

ZR: El 28 de agosto de 2014, fuí secuestrado por traficantes de personas cerca del campo de refugiados de Kutupalong de Cox Bazar en Bangladesh. Me vi obligado a subir a un bote con otras 310 personas, incluidas mujeres y niños, algunos de los cuales eran de Myanmar y Bangladesh. Fuimos sometidos a golpes y llevados a Tailandia. No vimos en la obligación de escondernos en un bosque de manglares, donde no tuvimos comida ni agua durante cinco días. En el camino a otro campo de trata humana, su barco fue interceptado por las autoridades tailandesas. Las autoridades tailandesas nos rescataron a miles de balseros. Fui declarado oficialmente víctima de trata humana por el gobierno del distrito de Takupa, Phang Nga, Tailandia, y enviado al refugio dirigido por los habitantes de Songkhla y apoyado por el ACNUR. Sin embargo, la corrupción del personal pronto se volvió intolerable y escapé, solo para ser vendido siete veces por la policía tailandesa y otros traficantes de personas, antes de llegar a Malasia como refugiado registrado del ACNUR.
JE: Pero no todo ha sido dolor en tu vida, hermano. Cuénteme sobre la gran oportunidad de la realización del documental "Selfie with the First Minister" que recibió el premio en el Freedom Film Festival 2017.

ZR: "Selfie with the First Minister". Así es como llego a ser el centro de atención. Bueno, al menos se sumó a mi moderada fama como activista Rohingya en el sudeste asiático. No, por supuesto, no tomando selfies solo y ciertamente no haciendo que un Primer Ministro de Malasia se tome una selfie conmigo. "Selfie with the First Minister" se convirtió en un título para el documental sobre mí, reemplazando la versión de trabajo "Sufrimiento silencioso". De hecho, desde el ángulo original para dirigir la película desde el punto de vista de anunciar una tragedia pura sin luz al final del túnel, cambiamos a un tono más optimista.
La película muestra piezas de mi vida unidas para contar la historia que muestra la miseria de las condiciones de vida en Malasia para una persona apátrida como yo. En total,
puedes observar a un chico optimista de piel oscura en la pantalla, que a veces, con un una ligera sonrisa en su rostro, soporta las dificultades que enfrenta con la esperanza de un futuro mejor. Sin embargo, usted ve esta cara y se hace una pregunta, si todo esto es cierto, o si los directores aficionados simplemente proporcionaron decoraciones adecuadas para presentar su caso ante el comité de subvenciones.
Estoy orgulloso de mí mismo, donde mi documental titulado "Selfie with the First Minister", fue ganador del Premio Justin Louis en FreedomFilmFest 2017. El documental se proyectó en todo el mundo, incluyendo Malasia, Singapur, Alemania, Estados Unidos, Nepal, Serbia, Tailandia, Canadá, Reino Unido. y Australia.
JE- Amnistía Internacional retiró su máxima distinción a Aung San Suu Kyi por la traición a los valores que defendió y que la llevaron a ser laureada con el Premio Nobel de la Paz, si puedes explicarnos cómo un premio Nobel de la paz haya permitido que el gobierno y la milicia de Myanmar cometa actos de lesa humanidad contra tu pueblo Rohingya?

ZR: Suu Kyi recibió el premio Noble de la Paz en los años 90. Hace mucho tiempo. Cuando fue arrestada en su casa y presa política por el gobierno militar. Ella era una persona diferente con valores en aquel entonces. Hoy ella apoya activamente el genocidio militar e incluso visitó al gobierno de derecha de Hungría que es pro-nazi. Por eso Amnistía Internacional está retirando su máxima distinción a Suu Kyi.
JE- Vamos a la literatura. ¿Cómo te conviertes en poeta?

ZR: Siempre trato de expresar mi historia, mis sentimientos, tristeza y pensamientos que nosotros (Rohingya) hemos estado sufriendo durante mucho tiempo.

JE- Soy un poeta y trato de escapar de la comodidad de mi vida y escribir poesía
sobre ustedes, los Rohingyas, pero, nunca mis versos estarán al nivel de su
dolor, ¿cómo entienden que la poesía se conecta con otras personas y con tus
propios hermanos y hermanas Rohingyas
?

ZR: Creo que en este tiempo moderno, la poesía es famosa y la comunidad internacional quiere escuchar de la poesía. No todos son valientes para compartir o revelar, pero
los poetas sí. Quiero enviar mensajes a mi gente y al mundo a través de mis poemas. Mis poemas son la verdadera voz de los refugiados Rohingya que necesitan ser escuchados. Ellos también merecen igualdad.

JE- Finalmente, ¿un mensaje que quieres dejarnos y cuál es tu sueño más deseado?
ZR: Primero quiero ser ciudadano de cualquier país. Quiero trabajar para dar a los Rohingya la oportunidad de vivir con derechos humanos, seguridad y dignidad. De lo contrario, sus vidas y  futuras generaciones permanecerán desesperadas e indefensas.




No es fácil ser Rohingya.

Nuestro mismo nombre
significa estar huyendo,

por todo el mundo es estar corriendo del dolor.

He sido un refugiado toda mi
vida

casi 25 años y tres países.
No es fácil ser apátrida.

Los gobiernos nos ofrecen su
vista larga y gorda
llámelo "no intervención".
Gobiernos y gente común
eligen el silencio, no dirán
nuestro nombre.


Así que seguimos huyendo
por todo el mundo
llenos de dolor.

Miles de Rohingyas pierden
fuerzas,

ya no puede luchar contra
esta crueldad,

ser exiliados en todo el mundo.

Las esperanzas, como los
cuerpos, mueren.

¿Cuánto tiempo debemos vivir esta vida
que es como ser comido vivo
por insectos?


¿Hasta cuándo nos verán como
'diferentes'

dejándonos a la deriva alrededor
de un mundo ciego

Esto es dolor.

Ser rohingya no es fácil.
¿Puede nuestra existencia no
ser reconocida?

¿No hay país para llamar hogar?
¿Debemos sufrir por siempre
la tortura, el discriminen y el acoso?

Porqué somos empujados al mar en botes
como moneda de cambio?
Ser rohingya ... ¿por qué
debe significar
estar huyendo
en todo el mundo

¿Esto es dolor?

Te digo que grites esto a tus
amigos en casa

Ser rohingya no es fácil.
Nuestros corazones también sangran.

¡Soy un refugiado!
Ziaur Rahman


 








 

Soy un refugiado que escapó del genocidio
ahora busco un lugar más
seguro para vivir,

en definitiva para salvar mi vida;
soy un superviviente

!soy un refugiado!

He perdido toda mi vida sin tener nombre,
el sufrimiento continúa;
grito con mi testimonio para repetirlo
porque vengo con demasiados
tesoros invisibles.

!Soy un refugiado!

El futuro no se encuentra en
ningún lugar en paz para mi.
Pensé que podría tener este mundo para quedarme en casa como tú;
soy un refugiado lleno de los momentos más bajos de la humanidad.

Mi situación es sensible y maltratada
pero aún así, como el tiempo,
lucho y me muevo.


!Soy un refugiado!

Sueño con encontrar una nueva
vida cada año.

A veces siento que el mundo
está llegando a su fin;

nadie puede narrar el
sufrimiento del refugiado …


el sufrimiento de los Rohingya.
Ahora no pertenezco a ningún lugar tengo 26 años
en esta vida de refugiado
¡No tengo vida y es estresante!

¡Soy un refugiado rohingya! Finjo ser feliz pero me duele el corazón.
Todos saben que sufro un dolor interminable
pero nadie quiere volver a hablar de eso;
me tratan diferente
Porque soy un refugiado.

¡Soy una victima!

Por favor, no hagas más
historias sobre otros.

Todo lo que pido es un cambio
para resolver la crisis de nosotros, los refugiados Rohingyas.

¡Soy un refugiado, soy como tú, un ser humano!
Ziaur Rahman


Ziaur Rahman luego de ser rescatado por autoridades de Tailandia, uno de los países donde fue refugiado.





miércoles, 19 de junio de 2019

             En el transcurso del año 2018 comencé el proceso de un nuevo poemario, Rajuma: una historia Rohingya, publicado por la Editorial EDP (Puerto Rico) esto a raíz de un reportaje en el New York Times de Jeffrey Gettleman. ( https://www.nytimes.com/es/2017/10/13/arrojaron-mi-bebe-al-fuego-las-atrocidades-contra-los-musulmanes-rohinya/ ). Así fue que supe de la etnia Rohingya. Un pueblo sin país, sin patria. Los Rohingya son una “minoría” musulmana que ha vivido durante siglos en Myanmar, Antigua Birmania. Se estima que cerca de un millón de Rohingyas viven en el país asiático. El gobierno de Myanmar no considera a los Rohingyas como un grupo étnico dentro del país por lo cual se les ha negado la ciudadanía desde 1982, sufriendo así uno de los genocidios mas escondidos del siglo 21. Los Rohingyas viven en su gran mayoría en el estado occidental de Rajine (Arakan), uno de los estados mas pobres. No se les permite tener tierras, acceso a la educación, servicios medicos, casarse ni salir del estado, viven en una especie de “guetto”. El estado birmano ha masacrado este pueblo por años, siendo el 2017 uno de los años más cruentos. Se les considera inmigrantes ilegales desde 1948 cuando Birmania se hizo independiente del imperio británico, desde entonces los Rohingyas han sido perseguidos, violadas sus mujeres, quemada sus aldeas y masacrado su gente, dando paso a una migración hacia Bangladesh donde se cree que viven 700 mil Rohingyas en distintos campos de refugiados siendo Kutupalong uno de los mas grandes.
            Es así como conocí sobre los Rohingyas. La historia de este pueblo es mucho mas larga, dolorosa e increíble de lo que puedo resumir en estas breves líneas, porque no hay palabras que logren describir el crimen de lesa humanidad que viven. De esta forma fui envolviéndome más con el tema Rohingya, fui buscando documentales, reportajes y Rohingyas a traves de Facebook. Así conocí a Mohammed Shafi, un joven de 31 años Casado y con 2 hijos que vive en Bangladesh. Mohammed es un Rohingya que trabaja como intérprete o traductor y que además es poeta.
A continuación les comparto una entrevista que le realicé. 

Historias Rohingya
Entrevista a Mohammed Shafi
Un poeta Rohingya



José Ernesto-¿Qué edad tienes?
Mohammed Shafi-Tengo 31 años.  

JE: Cuéntame un poco sobre ti, ¿hace cuánto tiempo llegaste a Bangladesh?
MS-Soy Mohammed Shafi, de Arakan Birmania que ahora es Myanmar. Soy casado y padre de dos hijos. Llegué a Bangladesh hace 27 años y me hospedé en el campamento de refugiados Rohingya de Kutupalang.

JE-¿Cómo es la vida de un Rohingya en Myanmar?
MS-La vida de Rohingya en Myanmar es como el infierno; no hay acceso a la educación, no hay libre movimiento, los arrestos son arbitrarios y hay encarcelamiento con casos fabricados, no se puede realizar una oración abiertamente, hay restricciones en el trabajo y los negocios.  

JE: ¿Recuerdas algo sobre cómo fue ese proceso en Myanmar? Eras un niño, pero ¿tienes algún recuerdo de ese viaje?  
MS-Mi padre era un hombre de negocios que solía traer mercancía como frutas y verduras de personas tribales que viven en los bosques para venderlas en el mercado de nuestra aldea. Una vez, venía solo, sin nada. En el camino de regreso a casa encontró un árbol caído que quiso cortar para hacer leña. Cuando estaba cortando la madera con un hacha, por accidente el hacha cayó sobre un dedo de su pie derecho y lo cortó. Él consiguió curarse y vendar el corte y regresó a casa. A medianoche los militares llegaron a casa y llamaban desde afuera para que les abrieran la puerta. Mi padre respondió que no podía  moverse debido a la lesión en su pie. Los militares dijeron que si él no abría la puerta le dispararían desde afuera. Para salvar la vida de todos, mi padre se levantó, caminó hacia la puerta y la abrió. Mi padre le comenzó a sangrar la herida, se las mostró al ejército, pero aun así lo ataron con una cuerda a su espalda y lo sacaron.

JE-¿Y cómo fue que pudieron salir de Myanmar después de ese evento?
MS-Hubo 250 musulmanes Rohingyas que los militares arrestaron, incluidos tres estudiantes y mi padre, quien resultó herido y todavía sangraba. El presidente de nuestra aldea pidió fervientemente al ejército que pusiera en libertad a los estudiantes y a mi padre, pero no lo hicieron y se los llevaron a todos. Hicieron que mi padre y otros caminaran por tres millas a través de las montañas y los llevaron al bosque a un campamento militar. Hicieron que trabajaran de manera horrible. Un militar le dio un cuchillo a mi padre y le ordenó que cortara bambúes. Cuando dijo que estaba demasiado débil para moverse, el soldado comenzó a regañarlo. Vino otro oficial y supo el asunto, luego dejó que mi padre se fuera. También le dio un palo a mi padre para que lo usara como soporte ya que cojeaba por culpa de la herida en su pie. Caminó una milla y encontró ayuda de algunas personas que caminaban por allí cargando leña del bosque y llevaron a mi padre a casa. Inmediatamente recibió tratamiento y se decidió por abandonar el país. Antes que ocurriera el incidente, las propiedades de la tierra de mi padre fueron confiscadas. Recuerdo que caminamos tres días y sus noches por el bosque y llegamos a la costa para cruzar hacia Bangladesh en canoa. Pasamos la noche cerca del río y a la mañana siguiente estábamos en una canoa. Había cuatro canoas más con nosotros. Cuando llegamos a la mitad del río, los guardias fronterizos de Myanmar nos atacaron y vinieron en un barco grande, saquearon todo lo de valor que teníamos y se lo llevaron a sus barqueros. Uno de los guardias fronterizos golpeó con fuerza el rostro de mi padre porque no le daba el dinero que tenía. Luego liberamos las canoas y nos quedamos flotando. Por suerte llegamos a la costa de Bangladesh después de estar mucho tiempo a la deriva y recibimos ayuda de los habitantes.

JE: ¿Cómo has sobrevivido en los campos de refugiados en Bangladesh y cómo lo adaptaste a la poesía?
MS-Yo había sido maestro de niños refugiados durante siete años. Comencé a componer poemas en 2009 cuando era profesor de inglés, pero no escribí durante muchos años porque tuve que trabajar mucho para soportar el costo del tratamiento de mi madre. He vuelto a la poesía desde 2018.  

JE-Hablemos de poesía, ¿cuándo se conocieron la poesía y tú?
MS-Yo he pasado la vida en los campos de refugiados durante más de una década. Comencé a trabajar como guía de turistas en el 2010 e intérprete de periodistas extranjeros, ONG y trabajadores humanitarios. Mientras trabajaba, vi y me reuní con muchas personas traumatizadas que también son Rohingyas y que tuvieron que abandonar la patria para escapar de la persecución. Cuando hablé con muchos sobrevivientes de violaciones y ataques y cuando entrevisté a muchas personas traumatizadas, sentí que podía escribir poemas de mis experiencias.    

JE-¿Cómo influye tu entorno en tus poemas?
MS-Mi entorno influye en todos mis poemas. Creo que la poesía ha servido para descargar mi realidad.  

JE: ¿Hasta dónde quieres ir con tu poesía?
MS-Me gustaría seguir escribiendo para poder escribir un libro de poesía y dejar que el mundo lea mi historia, mis desafíos y experiencias de forma poética.

JE-¿Crees que la poesía ha sido una forma de desahogar tu realidad?
MS-Creo que la poesía ha sido una forma de ventilar mi realidad y la de muchos otros ciudadanos Rohingyas que vivimos en los campos de refugiados en Bangladesh y la de los que aún viven en Myanmar. 

JE-¿Por qué elegiste la poesía?
MS-Elegí la poesía porque pienso que a través de ella le dejo saber al mundo los sufrimientos que sobrevivimos y la fortaleza de nuestra gente.

JE-Y finalmente, ¿cuál es tu mayor deseo?
MS-Me gustaría estar en un lugar al que pueda llamar hogar y ser libre allí como otros ciudadanos que viven en países democráticos con seguridad y dignidad. Me gustaría probar la libertad de ser el ciudadano de cualquier país del mundo, algo que no he podido hacer en toda mi vida.



Poemas por Mohammed Shafi
(Colaboración en la traducción de Kristina Plaza)


Intérprete

Te recibo con sincera bienvenida.
Te acomodo con esmero
Soy el guía de lo nuevo a lo desconocido.
Confío plenamente para ser confiable.  

Canto para ser alegre cuando estoy cansado.
Paso de las oficinas a barrios marginales
conversando con diferentes personas
oyentes de la felicidad y el horror  

Repito para ser entendido con precisión
Soy un colector de la exactitud para no ser un  error.
Activo el tiempo programado.
Transporto barras pesadas y equipaje.  

No importa el calor, frío y la lluvia.
A menudo me enfrento a dificultades
de las que salgo amable y resistente
sonriendo y cuidando el amor.  

Sin vacilaciones ni odio
diligente y encantador
salgo con satisfacción
eres siempre Bienvenido para la próxima.














Mi vida de refugiado  

Veintiocho años
En los campamentos de aquí a allá.
Vino niño y se convirtió en padre
Sin expectativas pero frágil.  

Los bienvenidos perdieron más
Son mis hermanos nombrados de manera diferente
Bajo el abuso y la ofensa
esa es la vida del refugiado.

La comida es limitada mas no es la mejor.
La educación en el nivel primario
es formal pero no forma
hay que ser profesional desde nivel cero.

Los techos de la azotea del refugio
construidos con bambúes
Son testigos del rayo y el calor
Gotas, monzones, lluvia  

Aunque la esperanza ha de volver
todavía quedan en mi muchas persecuciones
no escapan
Muchos siguen perseguidos
durante tantos años hasta hoy.
Vivo agotado con diferentes dificultades.

Sentir, volver a estar en paz
con esta tirana tortura continuada
y junto al miedo mis lágrimas mudas.










NUNCA MÁS 

Nos han quitado la ciudadanía

Pero…

Nunca más expulsión de la minoría de nuestra patria.
Nunca más la persecución incondicional.
Nunca más incendios de casas y mezquitas.
Nunca más bebés arrojados a las llamas y a la muerte.
Nunca más tierras confiscadas.
Nunca más destrucción de nuestras propiedades.
Nunca más trabajos forzados
Nunca más encarcelamiento de inocentes.
Nunca más violación y acoso a las mujeres.
Nunca más tortura a nuestros cuerpos y nuestras mentes.
Nunca más restricción de la libertad.
Nunca más bloqueo de alumnos camino al colegio
Nunca más golpes a los indígenas.
Nunca más la vida del refugiado bajo miseria.

Nunca más

por favor

nunca más












MÍRAME  

No odio a ninguno
no importa cuánto
daño me han hecho
me gusta vivir con amor.  

Vivo humildemente
no importa cómo
ni cuán rico me convierta.
Perdí mucho y a muchos. 

Pienso positivamente
no importa cómo
ni cuán dura la vida sea.
Espero la felicidad.  

Doy mucho
incluso si me han dado poco
dar tiene innumerable felicidad.
Lo he prendido y conocido.

Trato de mantenerme en contacto
con los que se han olvidado de mí
y perdono a quien me haya hecho mal.  

No paro de orar
por lo mejor para los que amo
y para todas las creaciones del Todopoderoso.




Mohammed Shafi junto a refugiados Rohingyas en Bangladesh.
(Fotos por suministrada por Mohammed Shafi)

Kutupalang campo de refugiados Rohingya
(Foto suministrada)

Mohammed Shafi, techos de hogares de refugiados.
(Foto suministrada)

Kutapalang
(Foto suministrada)

Kutapalang, campo de refugiados Rohingyas
(Foto suministrada)

Mohammed Shafi junto a sus hijos.
(Foto suministrada)

Mohammed Shafi